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Prefiero mirar hacia delante y apostarle a que las negociaciones con el ELN tienen que salir bien: Lafaurie

El presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie Rivera, aseguró que ve disposición de todas las partes en el cumplimiento de la agenda acordada en el ciclo que se llevó a cabo recientemente en México. Con respecto al Acuerdo de tierras firmado con el Gobierno, reveló que esta semana en Fundación (Magdalena) será el tercer encuentro de ganaderos y la Agencia Nacional de Tierras.

¿Por qué usted fue un opositor tan duro de las negociaciones con las FARC y ahora participa en las que se están dando con el ELN?

Porque en La Habana decidieron que el único sector que iban a negociar era el rural. Ahí estamos los ganaderos que tenemos presencia en todo el territorio nacional y no somos un renglón productivo apenas importante, somos muy importantes para la construcción de tejido social en el campo, en la producción de alimentos, generación de empleo y protección de la naturaleza. Los ganaderos somos 2 veces el sector avícola y 3 veces el cafetero, generamos el 18 % del empleo agropecuario y 4,1 % del empleo nacional.

Si mañana, en un diálogo de paz se empiezan a negociar temas relacionados con medios de comunicación o el sector financiero, obviamente que todos los medios y los gremios saldrían a defender su sector.

En ese momento había una expectativa de lo que se estaba negociando. Ahora la situación es distinta, entre otras cosas porque como eso fue lo que acordaron yo dije: como ya está en firme, facilitemos al Gobierno el que pueda comprar la tierra.

En el primer punto del acuerdo de La Habana se habla de la creación de un Fondo de Tierras de 3 millones de hectáreas y la formalización de 7 millones de hectáreas. ¿Qué hicieron Santos y Duque en ese sentido?

Durante las negociaciones empezaron con 20 millones de hectáreas y terminaron en tres que había que entregarles a campesinos sin tierras y siete millones de hectáreas en formalización. Debo reiterar que durante ese proceso no se habló de otro sector, sino del rural.

Santos terminó de firmar el Acuerdo en 2016. ¿Qué hizo de 2016 a 2018? Nada. ¿Qué hizo Duque de 2018 a 2022? Nada. Por eso cuando llegó Petro y me planteó el tema, yo le dije sí señor, usted tiene que cumplir, facilitemos el tema, eso ya es un hecho cumplido. En octubre del año pasado firmamos un documento que, con todas las palabras, es un Acuerdo para la materialización de la paz territorial – compra directa de tierras para la construcción de la Reforma Rural Integral. Y ahí vamos…

Acuerdo de tierras

¿Cuál es el balance de las ofertas que ha recibido Fedegán para vender sus tierras al Gobierno Nacional?

Esto ha sido muy dinámico. Desde octubre del año pasado, inmediatamente se firmó el Acuerdo con el Gobierno Nacional, la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, dispuso diferentes canales para realizar la respectiva recepción de ofertas.

Además de los eventos de socialización realizados en Montería (Córdoba), Valledupar (Cesar) y Puerto Berrío (Antioquia), realizamos la promoción y recopilación de las ofertas a través de los 5400 grupos de WhatsApp que reúnen a más de 200.000 ganaderos del país.

También hacemos la debida promoción mediante las redes sociales tanto del gremio como de su presidente ejecutivo.

¿En qué departamentos han ofertado más tierras?

Las cifras más recientes que socializamos con los ganaderos de Puerto Berrío indican que hemos recibido 795 ofertas de productores que suman 364.362 hectáreas en 28 departamentos liderados por Arauca (41 ofertas, 158.155 hectáreas), Meta (34 ofertas, 70.023 hectáreas), Vichada (18 ofertas, 20.623 hectáreas), Cesar (73 ofertas, 20.230 hectáreas), Bolívar (39 ofertas, 17.002 hectáreas) y Casanare (22 ofertas, 14.179 hectáreas).

Por ejemplo, en los municipios que hacen parte del Magdalena Medio las ofertas suman 56 por 9897 hectáreas. En Antioquia están ofertando tierras en los municipios de Puerto Berrío y Yondó; en Bolívar, en Arenal y Río Viejo; en Boyacá en Puerto Boyacá; en Cesar en Aguachica, Gamarra, La Gloria, Río de Oro y Tamalameque; en Cundinamarca en Puerto Salgar; y en 8 municipios de Santander.

¿Cómo les ha ido con las reuniones de socialización del Acuerdo de Tierras?

Nos ha ido muy bien. Hemos contado con la presencia del equipo técnico de Fedegán y de los funcionarios de la Agencia Nacional de Tierras liderados por su director Gerardo Vega Medina. A estos encuentros han asistido centenares de ganaderos interesados en ofrecer sus tierras al Gobierno Nacional y hemos aclarado sus dudas. También los hemos transmitido por nuestro canal de YouTube para los productores que no pueden ir presencialmente y para que los medios hagan el respectivo seguimiento.

Hasta el momento hemos llevado a cabo 3 encuentros: Montería (Córdoba), Valledupar (Cesar) y el más reciente en Puerto Berrío (Antioquia). Los programamos en las zonas priorizadas por el Gobierno que son la Costa Caribe y el Magdalena Medio. Cada vez que finalizamos una reunión de socialización, las ofertas aumentan exponencialmente. Así que seguiremos con esta estrategia que ha sido exitosa.

¿Cuál es el paso a paso de la oferta de tierras?

Es muy sencillo. Luego de hacer toda la promoción en nuestras redes sociales, Comunidad Virtual Ganadera (grupos de WhatsApp) y a través de nuestros enlaces en las regiones. El interesado se contacta con Fedegán mediante un enlace creado para esa finalidad (https://n9.cl/5rhny). Debe diligenciar el formulario de inscripción y, posteriormente, el gremio georreferencia esa oferta en un mapa electrónico. En seguida activa un semáforo que le permite el debido seguimiento semanal.

Luego Fedegán transfiere las ofertas a la Agencia Nacional de Tierras, entidad que inicia el estudio de factibilidad de manera conjunta con el IGAC y otras entidades, proceso que permite establecer el avalúo del predio y finalizar con una propuesta de valor de compra al propietario, quien manifiesta su acuerdo o desacuerdo y se concluye con la venta (o no) del predio.

¿Cuándo será el próximo encuentro entre ganaderos y la Agencia Nacional de Tierras?

Estaremos esta semana en Fundación (Magdalena). Será la cuarta jornada de socialización del Acuerdo de tierras y del paso a paso para la compra de esas hectáreas.

El Acuerdo firmado con el presidente Petro incluye la implementación de proyectos productivos. En este sentido, ¿cuáles son los compromisos del Gobierno y cuáles los de Fedegán?

En el documento firmado con el Gobierno Nacional, el Estado se compromete a desarrollar programas y cartografías para un “plan de choque” de los programas de la Reforma Rural Integral; aunar esfuerzos con las agencias del Estado para dar acompañamiento integral en dotación de infraestructura física y social; diseñar y ejecutar planes de choque para la construcción y mantenimiento de las vías terciarias necesarias; coordinar con Fedegán y otras organizaciones la prestación de servicios de asistencia técnica, transferencia de tecnología y extensión agropecuaria para desarrollar la ganadería sostenible, priorizando la implementación de sistemas silvopastoriles intensivos para la producción de carne y leche; acompañamiento para que los productores accedan a créditos, programas de asociatividad y apoyo a la comercialización; y disponer de los recursos necesarios para la prestación del servicio de asistencia técnica y diseño y ejecución de proyectos productivos.
Por parte de Fedegán, los compromisos son facilitar el desarrollo de proyectos ambientales sostenibles a nivel de escala de paisaje, venta de carbono, compensaciones ambientales o pago por servicios ambientales, en especial bajo la implementación de sistemas silvopastoriles intensivos para producir carne y leche.

También pondremos a disposición nuestra experiencia en el diseño y ejecución de proyectos orientados a prestar los servicios de asistencia técnica, transferencia de tecnología y extensión agropecuaria, con enfoque de sostenibilidad ambiental, priorizando en sistemas de producción que propendan por la sostenibilidad (con enfoque en sistemas silvopastoriles intensivos).

Es decir, lo que se busca es no repetir los errores del pasado en donde solo hubo entrega de tierras.
Por eso he insistido que la disponibilidad de tierras no es el problema y el verdadero reto es entregar tierras sin repetir el error de pensar que un título de propiedad puede redimir de la pobreza. El Gobierno ha anunciado que las tierras se entregarán con “proyectos productivos”, aunque deberían tener, además, las “condiciones productivas” que los hagan viables.

Solo así se logrará la esencia del Acuerdo con Fedegán, la integralidad, entendida como la acción articulada del Estado y la sociedad para proveer las condiciones que dignifiquen la vida del beneficiario y permitan consolidar una clase media rural que amojone el camino hacia la paz.

Negociación con el ELN

-¿Sobre su papel en el proceso de paz con el ELN, en qué consiste la propuesta de emprender un “piloto de paz”?

El segundo ciclo dejó una agenda acotada y avanzado el punto de la “participación de la sociedad en la construcción de paz”. Sin embargo, considero que la prioridad debe centrarse en los “elementos transformadores” para cumplirle a la Colombia rural que soporta el peso de la violencia.

Mi propuesta es emprender un “piloto de paz” en una región golpeada por pobreza e ilegalidad, a partir de la participación que convoque a actores sociales y oriente una gran Brigada de Acción Integral del Estado y la sociedad civil, que produzca transformaciones “medibles” en empleo, escolaridad, salud, etc., y en reducción de homicidios, extorsión, área sembrada, etc.

A partir de ese mensaje de sí se puede, replicar el piloto requerirá una “gobernanza rural”, es decir, una acción diferenciada del Estado en una realidad diferente, que propicie progreso y oportunidades para acabar con la ilegalidad y la violencia.

Por ejemplo, podemos ir al Catatumbo y allá unos grupos empresariales le hacen una apuesta a la paz. Dicen: vamos a generar una dinámica de agroindustria, vamos a ofrecerle a los cocaleros que se vinculen no solo como productores de palma o de cualquier producto, sino también estén en los frutos de la trasformación de ese producto, es decir que pasen a ser un actor. Vaya usted a saber si en ese momento el propio Ejército de Liberación Nacional llega a un convencimiento y se da cuenta que no se necesitan las armas para la transformación.

¿Es optimista frente a la cultura de participación de la sociedad para alcanzar la verdadera paz?

Los colombianos perdimos la cultura de participación tras décadas de violencia y degradación del talante moral del país por el narcotráfico y la corrupción política. La perdimos en algo esencial como la paz, porque desconfiamos de los resultados de participar. Perdimos la esperanza de paz, porque ninguna generación viva en Colombia la ha conocido.

El reto es pasar a una democracia más participativa, que no se agote en el sufragio, pero que no pretenda suplantar al Estado. Debemos recuperar la cultura de “co…laborar”, trabajar juntos por el bien común, una causa en la que los ministerios de Educación y Cultura deberían ser uno solo, y la mesa de negociaciones un verdadero piloto para concertar acciones transformadoras en las regiones.

Y después del cierre del ciclo en México, ¿considera que el proceso va bien?

Principio tienen las cosas. Hay una agenda que acotamos, que le incorporamos unos elementos. Yo sí creo que hay que avanzar en la agenda y en el curso de los meses muy seguramente podré decir con honestidad si esto va bien o no.

Por lo pronto sí hay una agenda acotada, por lo pronto hay una disposición, incluso el Gobierno, en México estuvo el ministro de Justicia, estuvo la vicepresidenta. Hay interés en que eso salga bien, yo le apuesto a que eso salga bien.

-Recientemente usted se refirió a sus dos anhelos con respecto a estos diálogos con el ELN: paz política y acuerdo sobre lo fundamental.

Este proceso debe salir bien, muy bien para que haya dos cosas: una, paz política; y dos, un gran Acuerdo nacional. Ese Acuerdo nacional no solamente es con unos actores armados. No. Es con quienes también cumplimos la ley, con quienes hacen política todos los días en democracia. Aquí todos tenemos que caber para que hablemos el mismo lenguaje.

Cuando a mí Iván Cepeda me mandó un WhatsApp, entendí que uno tenía que de alguna manera sentarse con quienes habían sido justamente aquellos que estaban del otro lado del río, y mire cómo voy, bien. Yo no he tenido con ellos ninguna desavenencia, por el contrario, he participado y activamente. Les ha gustado mi participación, por consiguiente, yo creo que aquí hay que lograr una paz política.

Respuesta a de la Calle

-Sobre su respuesta al exjefe negociador con las FARC, Humberto de la Calle, ¿vale la pena seguir mirando por el espejo retrovisor?

Prefiero mirar hacia delante y apostarle a que las negociaciones con el ELN tienen que salir bien. Nadie está dividiendo ahora el país entre amigos y enemigos de la paz; paz utilizada como bandera política en 2014 para ganar la reelección.

-¿Está de acuerdo con implementar lo que se vaya acordando?

Las FARC exigieron la Reforma Rural como primer punto, porque necesitaban mostrar algo en el papel. El ELN exigió debatir primero la participación de la sociedad en la construcción de paz, porque, al parecer, quieren mostrar resultados tempranos en la vida de la gente en las regiones, porque toda la gente, no solo las víctimas, es el objeto de la paz. De ahí el interés, que comparto, en implementar lo que se vaya acordando.

¿Considera usted que en esta oportunidad no hay señalamientos como “enemigos” o “amigos” de la paz?
Mientras el proceso con las FARC estuvo marcado por la descalificación de medio país y la guerra política, el actual debe convocar a los partidos para lograr primero algo esencial: Paz política, como lo mencioné hace un momento y como requisito para el Gran Acuerdo sobre lo fundamental, y lo fundamental es la paz.

-Entonces, ¿“recogerá el guante” cada vez que Humberto de la Calle le lance un dardo en el desarrollo de esos diálogos con el ELN?

Invito al doctor de la Calle a aportar su conocimiento y experiencia, a seguir haciendo comentarios para mostrar caminos y señalar peligros. Lo invito a que miremos hacia delante.

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