Por: Camilo Castro Stand
Comunicador Social-Periodista
Especialista en Gestión Educativa
Castrostand3@gmail.com
“Realmente todo el mito o leyenda que se generó alrededor de mi abuelo Manuel Varela y la mal llamada “Casa del Diablo” es una completa y rotunda mentira”: Alejandro Diazgranados Varela.
Han pasado 107 años, desde que Manuel Varela Machado, inicio la construcción de la “Mansión Manuelita” en Ciénaga, Magdalena y a la que la gente de la época, bautizaron como la “Casa del Diablo”.
La “Mansión Manuelita”, es una construcción de dos plantas de marmolina. Su propietario Manuel Varela Machado, un próspero comerciante oriundo de Pivijay, Magdalena, quien se radicó en Ciénaga en la década del 10 del siglo pasado,
Esta Mansión con el tiempo, se constituyó en el centro de comentarios y rumores por parte de personas a comienzo del siglo XX ya que murmuraban que su propietario Manuel Varela, tenía un supuesto “Pacto con el Diablo”.
El supuesto “Pacto del Diablo” consistía en que Manuel Varela, le entregaba todos los años a “lucifer” el alma de sus trabajadores y personas de instituciones a cambio de mantener e incrementar su riqueza personal y familiar.
En esta Crónica conoceremos aspectos importantes sobre la misteriosa y conocida “Casa del Diablo” y su propietario Manuel Varela Machado, un aventurero empresario oriundo de Pivijay, Magdalena, proveniente de Sabanalarga, Atlántico.
Repasaremos esta enigmática historia y conoceremos algunos testimonios y conceptos de historiadores, familiares y periodistas de la región con el propósito de aproximarnos al mito, la leyenda o la realidad de la famosa “Casa del Diablo”.
Manuel Varela Machado protagonista : Leyenda o Realidad
Todo inicia con la llegada a Ciénaga del campesino Manuel Varela en la primera década del siglo pasado, quien en poco tiempo se convertiría en un prominente empresario y personaje central de esta misteriosa historia, producto de la imaginación de la gente. Esta misteriosa leyenda es como para escribir un guion para una película de Steven Spielber o aghata Crhistie.
Varela Machado, se radicó en Ciénaga, Magdalena en 1908 y se dedicó al cultivo de banano que para aquella época, era la actividad laboral y comercial mas importante en toda esta región: la bonanza del “oro verde”, como se le llamó al banano en aquellos tiempos.
Según sus familiares, Manuel Varela en la segunda década del siglo XX, se ganó la lotería y desde ese mismo momento, aquel campesino, empezó a comprar algunos terrenos y se dedicó a cultivar banano y posteriormente a exportar su producto a Estados Unidos a través de la prospera compañía de Estados Unidos como fue la United Fruit Company que se encontraba en esa época en su apogeo.
Varela Machado, se consagró como empresario en el cultivo y exportación de banano. Entonces, empieza a adquirir unas pequeñas locomotoras para transportar la fruta como también se dedicó a comprar fincas y algunos inmuebles en el territorio bananero del Magdalena.
El nieto de Manuel Varela Machado, el abogado Alejandro Diazgranados Varela, conocido cariñosamente por su familia como “Pepe”, al indagarle sobre su abuelo Manuel Varela y su familia, nos expresó que “la familia estaba compuesta por mi abuelo, su esposa y varios hijos, entre los cuales se pueden nombrar a Josefa, Abigail, Alba, Alicia, Yolanda, Manuel, Martin, Alfonso, Felipe Varela, ya todos fallecidos. Para la familia, mi abuelo fue un excelente padre, esposo muy buen vecino y además mi abuelo Manuel Varela fue “compadre” de medio pueblo”.
Construccion de la casa del Diablo
En plena “bonanza” bananera, más exactamente en 1916, el empresario Manuel Varela Machado, inicia la construcción de una casa de dos plantas ubicada en la calle 15 con carrera 13 esquina en la ciudad de Ciénaga. Esta edificación fue construida por los maestros Ernesto Bernal y Mauricio Maldonado cuyos, planos los trajeron desde el país del “Tío Sam”.
“Su casa en Ciénaga, de estilo republicano y bautizada con el nombre “Manuelita”, cuya construcción se inició en 1916 con planos traídos de la ciudad de Nueva York por él mismo y terminada 4 años después, según información que nos suministrara su hija Alba Esther Varela Capdevilla. Está ubicada en la esquina de la antigua calle Valledupar con el callejón Bucaramanga, actual calle 15 carrera 13 en Ciénaga, Magdalena”, indica el escritor e investigador, Edgar Caballero Elías.
Esta casa enigmática, es una obra del periodo republicano en donde vivían, su propietario, Manuel Varela y toda su familia. El frente de la edificación, en la parte superior, lo adorna una figura parecida al instrumento musical la lira que para aquella época, se ejecutaba mucho en la ciudad. En el fondo de la mansión, se construyeron dos pisos, los cuales, están sostenidos por 14 columnas en concreto y que mantiene una armonía arquitectónica en toda su estructura.
La mansión del Diablo, Manuel Varela
Esta importante obra de estilo republicano, encierra un mito o una leyenda, convertida en una historia de terror, gracias a la tradición oral, la fantástica literatura del caribe colombiano y los escritos de la prensa nacional e internacional.
Algunos periodistas e historiadores que a raíz del éxito, la prosperidad de Varela Machado en los negocios del cultivo y exportación de banano, la gente empezó a expresar en la región bananera, que Varela tenía un “Pacto con el Diablo”.
“La prosperidad empresarial de don Manuel Varela, termino convirtiéndose en una leyenda diabólica en la que la gente, llego a creer que la riqueza que acumulo Manuel Varela, era una riqueza producto de un pacto con el diablo. Todo se debió al trabajo serio y responsable y no a ese pacto diabólico que nunca existió” afirmo, el extinto escritor Carlos Payares.
En “La Casa del Diablo”, se pueden apreciar elementos valiosos de la arquitectura ecléctica de principio del siglo XX y su marcado estilo clásico, con rasgos del modernismo. Esta edificación ha sido objeto de leyendas y muchas fabulas, contadas por nuestros abuelos y replicadas de generación en generación, convirtiéndose en una leyenda de la cultura y de la tradición oral de los pueblos macondiano del caribe colombiano.
“Mi abuelo era oriundo de Pivijay, Magdalena y llegó a Ciénaga, muy joven proveniente de Sabanalarga, Atlántico y en esta tierra, vivió hasta el día de su muerte. Realizo varios viajes los a New York, Estados Unidos y también viajó a Europa, concretamente a España donde estaba estudiando medicina su hijo, el Dr. Manuel Varela Capdevilla”, afirma su nieto, Pepe Diazgranados Varela.
Características de Varela Machado y su Familia
El próspero empresario Manuel Varela Machado, era un hombre alto con características y rasgos indígenas. Fue una persona muy creyente del catolicismo como buen cristiano.
Una de sus hijas, solía expresarles a sus amigos que “mientras otros derrochaban y malgastaban, la plata en parrandas y mujeres, su padre se dedicaba todo el tiempo a sus negocios y empresas, estrategia que le permitió, hacer su fortuna rápidamente”.
“Mi abuelo solo realizo estudios de primaria y era una persona dedicada a la actividad agrícola, concretamente al negocio de banano. Mi mamá me contó cuando yo era un joven que nunca consumió alcohol, no era un hombre de parranda, el único vicio que tuvo fue fumar tabaco”, afirma Diazgranados Varela.
El “pacto con el Diablo”
El supuesto “Pacto del Diablo”, consistía en que Manuel Varela le ofrecía a Satanás, el sacrificio de sus trabajadores a cambio de adquirir nuevas tierras y más riquezas. Algunas personas de la época expresaban: “en esa casa misteriosa, todas la noches, se escuchaban gritos y alaridos desgarradores y se aparecían unos muñecos con ojos de fuego y un constante ladridos de perros y de toda clase de animales y otras veces, se escuchaba música de piano”, aseveración que fue desmentida por su nieto, Alejandro Diazgranados Varela.
“La leyenda sobre el supuesto “pacto con el diablo” de Manuel Varela, comenzó con la decisión de construir, una mansión ostentosa en aquella época en Ciénaga y también por la supuesta muerte en una de sus fincas de una joven de escasos 13 años de edad.
“Estos rumores de haber encontrado el cadáver de esa joven en una de sus propiedades, corrió por todo el pueblo y toda la región bananera y entonces la gente decía que Manuel Varela, le había entregado el alma de los trabajadores al diablo con el propósito de mantener su riqueza”, sostenía el extinto escritor y dramaturgo, Guillermo Henríquez Torres.
El misterio del mito leyenda o Realidad de la “Casa del Diablo”
Este trabajo periodístico, pone a consideración de los lectores, aspectos generales de esta fantástica historia. La historia relata que “en la Casona del “Diablo Varela”, se sentían “almas en penas” y se veían extraños muñecos, paseándose en los alrededores de sus propiedades. (…) Que en las noches se escuchaban gritos y llantos de niños”.
Este relato sobre la “Casa del Diablo” Mito, leyenda o realidad, nos llevó a auscultar y revisar muy cuidadosamente esta enigmática y fascinante historia del siglo XX y que aun de haber transcurrido 107 años, sigue cautivando, la atención de la sociedad del Departamento del Magdalena y la región caribe colombiana.
”Mucha gente aún desconoce cómo empezó realmente aquella historia que estuvo siempre rodeada de misterios y especulaciones y que nada tiene que ver con diablos, ni con brujas, ni con nada de estas vainas. (…) Aquello surge de un cuento lugareño, repetido por unos y otros en distintas formas, y se origina a raíz de los continuados robos en su finca cuando los amigos de lo ajeno, que siempre aprovechan sus necesidades para zacear sus deseos, entraban y salían de su propiedad en la soledad de la noche para cometer sus fechorías y robos”, enfatiza Edgar Caballero Elías.
Algunos historiadores y periodistas de la época, aseguran que todo esto se presentó porque Manuel Varela Machado, empezó a aumentar su riqueza. Estas circunstancias, empezaron a despertar y generar cierta envidia en las personas que estaban a su alrededor y que les costaba reconocer, la seriedad y responsabilidad que manejaba Varela frente a sus empresas.
“los cienagueros de antaño y los difusores de nuestro diario acontecer, empezaron a decir que el próspero de don Manuel que en Ciénaga ya empezaba a causar temor a los pobladores por la supuesta alianza que mantenía con el diablo. Misteriosamente se le desaparecía un trabajador de su finca o le aparecía ahogado alguno de ellos en sus fincas. Así, muchas personas, aseguraban el hecho que entre el señor Varela y el temible “Man del Trinche” había una componenda que se pagaba en especies”, sostiene el escritor caballero Elías.
El maestro Tomas Zabaleta, muy allegado a la Familia Varela Machado, sostiene que “Manuel Varela, era un hombre íntegro trabajador y respetuoso de los derechos de las demás personas, era un hombre de paz y respetuoso de las leyes divinas a quien personas inescrupulosas le inventaban toda clase de historias inverosímiles, como por ejemplo que tenía pacto con el diablo”.
Esta leyenda que relatan del supuesto pacto de Manuel Varela con el diablo, año tras años, se revivía porque la gente sostenía que él, le entregaba el alma de un estudiante del Instituto Nacional San Juan del Córdoba, todos los años. En 1984 en una excursión de estudiantes de este prestigioso colegio en las playas de Cañaveral, se ahogaron cinco estudiantes y nuevamente, se revivieron los rumores del famoso pacto de Varela y el diablo.
Con respecto al mito, leyenda o realidad de la “Casa del Diablo” y al diabólico pacto entre el empresario Manuel Varela Machado y Lucifer, su nieto Pepe Diazgranados Varela, categóricamente expresa: “ese pacto que supuestamente, existía entre mi abuelo y el diablo, fue una solemne y rotunda mentira; creo que pudo haber sido, producto de la ignorancia de personas aparentemente cultas de la época”.
El ingenio y creatividad de Varela
Esta apreciación, nos lleva a pensar que todo aquello que se presentaba en las fincas y la mansión, eran producto del ingenio de Manuel Varela como estrategias de defensa de sus empresas y sus bienes de los “dueños” de lo ajeno que querían saquear sus fincas. Era una forma de ahuyentarlos y meterles miedo con el propósito de que se alejaran de sus fincas y sus bienes.
Por lo tanto se podría asegurar que lo del “Pacto con el Diablo”, fue una fantasía de la tradición oral de los pueblos de aquella época en donde también se decía que a las personas, mediante brujería, las convertían en gallinas, cerdos o cualquier otro animal…Cosa que nadie puede confirmar.
Por estas características de la leyenda de la “Casa del Diablo”, Hernando Pacific Gnneco, columnista de El Informador escribió: “Ni Gabo ni el flaco Álvaro Cepeda, no se esforzaron demasiado para encontrar leyendas que gracias a su ingenio, se transformaron en joyas literarias únicas. En nuestra región basta preguntarle a cualquier transeúnte acerca de un tema específico; las respuestas pueden ser sorprendentes”.
“Manuel Varela, se había dado cuenta de la magnitud de los daños y como en la vida en sus sorpresas, le reserva a uno también, la oportunidad del desquite, haciéndole el milagro esperado; una vez, puso a los celadores con la misión especial de recorrer la finca a caballo colocándole unos sonajeros y cascabeles colgados del cuello y de la cola del animal que sonaban a lo lejos se veían rayos de luz que se reflejaban chispeantes, lo acompañaban con voces de ultratumba y lamentos escalofriantes, producidos en la oscuridad de la noche, haciéndoles creer que en realidad eran espantos o espíritus que deambulaban solitarios por la finca del señor Varela”, asegura, Caballero Elías.
Masacre de las bananeras y crisis en la región
Siguiendo con el relato y el hilo conductor de esta crónica, sobre la Casa del Diablo no podemos dejar de reseñar un hecho importante como fue la masacre de las bananeras que marco un derrotero a la clase obrera de Colombia y del mundo y se desarrolló en la línea del tiempo de Manuel Varela Machado.
Las exigencia y las peticiones de campesinos y trabajadores de las fincas de la región bananera del municipio de Ciénaga, se convirtió en una masacre donde el ejército nacional en defensa de los intereses de la United Fruit Company y por orden del general Cortez Vargas, respondió, con balas y acribillaron a miles de trabajadores, el 5 y 6 de diciembre de 1928. En la historia, se conoce a nivel mundial como la Masacre de las Bananeras. Este hecho dio inicio al sindicalismo en Colombia.
Años más tarde de la masacra de los trabajadores y campesinos de la región bananera en el Municipio de Ciénaga, esta zona productiva empezó a decaer económicamente, mermaron los cultivos y la exportación de banano.
La situación, empezó a apretar y los problemas afloraron en toda la región por las circunstancias económicas que dejó la masacre de las bananeras. Ante estas circunstancias, la multinacional estadounidense, cerraron su ciclo de exportación en Colombia y con ello, poco a poco, llego la miseria en todo el territorio bananero en otrora productivo y próspero.
“En 1918, era la tercera ciudad más importante de la Costa Caribe desde el punto de vista del número de habitantes. Esa posición demográfica destacada la había logrado gracias a su papel dentro de la pujante economía creada por las exportaciones de banano de la Zona del Magdalena, desde la última década del siglo XIX”, asegura Adolfo Meisel Roca
Según la investigación publicada por el Banco de la Republica en el libro “La Economía de Ciénaga después del Banano indica que “Las exportaciones de banano desde la zona bananera del departamento del Magdalena, se iniciaron en 1891 con cultivos del distrito de Rio Frío, a unos pocos kilómetros de Ciénaga. Un factor crucial para el rápido aumento de las exportaciones de banano desde el Caribe colombiano fue la construcción del ferrocarril que unió a la Zona Bananera con el puerto de Santa Marta”.
En medio de estas circunstancias económicas, Manuel Varela Machado, siguió trabajando incansablemente para sacar adelante sus empresas en medio de la crisis de la zona bananera del caribe. “Entonces comenzó a ayudar a sus trabajadores, amigos, vecinos, trabajadores en medio de la crisis que se vivía entre la época 1928-1940”
Así mismo, empezó a “realizar obras sociales, entregando al municipio de Ciénaga, los terrenos para la construcción del Hospital del pueblo, el colegio San Juan del Córdoba y el colegio Virginia Gómez entre otros”.
En ese periodo crítico, los habitantes de esta zona productiva, vivían un escepticismo y una desesperanza porque poco a poco todo se fue acabando. Hasta la United Fruit Company, abandonó al país en la década del 60 del siglo XX.
Muerte de Don Manuel Varela Machado ” El Diablo”
Finalmente el protagonista de esta historia, Don Manuel Varela Machado, se desprendió del famoso “pacto con el diablo” y se entregó a los brazos de Dios, el 21 de noviembre de 1967, dejando una leyenda o un mito en la sociedad colombiana por la supuesta alianza con lucifer, creando una especie de misterio alrededor de su vida y su fortuna. Murió a la edad de 97 años a causa de un derrame cerebral.
Muy a pesar que el propietario de la “Casa del Diablo”, Manuel Varela, murió hace 56 años, la supuesta alianza diabólica, aun genera misterio y temor a la comunidad del sector en dónde se encuentra la “Casa del Diablo”, la cual, se resiste a desaparecer. ¿Sera que el “pacto con el diablo” permanece en el tiempo?
Pasar por el frente de la famosa “Mansión”, le genera a muchas personas cierto temor por todas las historias de terror y miedo, sostenidas y alimentadas por la tradición oral e historiadores y escritores en publicaciones, realizadas en los medios de la región caribe.
Para muchos cienagueros Manuel Varela, era un tipo bondadoso y desprendido del dinero, no solo construyo la mal llamada “casa del diablo” sino que entrego hace muchos años, los terrenos en donde se construyeron, las sedes del Instituto Nacional San Juan del Córdoba, el Instituto Nacional Virginia Gómez y también para la construcción del Hospital San Cristóbal de Ciénaga.
“Mi abuelo, repito por lo que me contaba mi mamá, y mis tías, era una persona dadivosa, que ayudaba desde el alcalde y el cura de la iglesia, como también al obrero o cualquier otra persona que le requería de su ayuda”, afirma su nieto Diazgranados Varela
Estado actual de la mansion del “Diablo” Varela
En la actualidad esta misteriosa edificación, producto del trabajo de muchos años de Don Manuel Varela Machado, en 1994 fue incluida en la declaratoria de Patrimonio Arquitectónico y Cultural de Ciénaga en el gobierno municipal de Víctor Eduardo Dangond Noguera, siendo director de la Casa de la Cultura, Elías Russo. Hoy esta edificación del postmodernismo, se encuentra en un abandono total y casi en ruinas.
Pero muy a pesar del deterioro por el paso del tiempo, aún conserva su estructura republicana y continúa como un mito, una y una leyenda, transformada por un siglo de un lenguaje macondiano y fantasioso. La envidia conlleva s distorsionar la realidad cuando se quiere perjudicar a una persona o una familia porque solo piensan que los campesinos y los pobres adquieren su dinero no por el trabajo sino por actividades oscuras o “vendiéndole el alma al diablo”.
“Lastima que mi abuelo nunca imagino que a través del tiempo historiadores, cultores y periodistas se hayan dedicado a satanizar a una persona que lo único que hizo en sus 97 años de vida fue ayudar y servirle a la gente y en obras sociales”, enfatiza, su nieto Pepe Diazgranados Varela.
La casona, la mansión de Varela o la “Casa del Diablo”, hoy convertida en ruinas y bajo el amparo del espíritu en las alturas de su propietario, espera que el gobierno, se interese por su suerte y pueda comprar a los herederos de Varela esta hermosa edificación y posteriormente, se pueda presentar un proyecto de restauración a Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y rescatar esta edificación republicana de 107 años de leyenda y de historia para así pueda descansar en paz el alma del “Diablo” Manuel Varela Machado.