Incertidumbre electoral

Si la política que se hace en época electoral se hiciese de igual forma en la gobernanza otra historia se contaría. Uno observa con atención todo el proceso que lideran los distintos aspirantes a ocupar cargos públicos, como abrazan a la gente, como les hablan con cariño y afecto, como se preocupan por sus necesidades y la confianza que les generan en sus expectativas. Ciertamente maravilloso.

Pero, una vez siendo elegidos suelen gobernar de espaldas a la comunidad. La historia se repite una y otra vez, ya no responden al celular, no vuelven a visitar a las personas, no les interesa sus necesidades, ni siquiera les provoca ese tinto que compartían en una casa cualquiera al calor de un hogar, una familia, un vecino, un amigo.

Entonces se vuelven egocéntricos, no miran a nadie, nombran en el gabinete a personas que nunca se les vio acompañar sus campañas y se dedican a gobernar pero a gobernar mal con el apetito voraz por disponer de los recursos del pueblo para sus propios intereses.

Es el común denominador, de ahí la apatía que se observa hoy por hoy en el electorado y el que a estas alturas del proceso pre eleccionario aún no se sepa quién es quien ni por cual decidir frente a la incertidumbre del elector.

No es percepción sino una realidad de a puños. El pueblo está esperando un liderazgo de cara a la gente, que le devuelva la confianza en el ejercicio político con el ejemplo de un buen gobierno.