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Asegurar la infraestructura para los vehículos eléctricos: un imperativo de ciberseguridad para el futuro

La transición global hacia la movilidad eléctrica (e-mobility) se está acelerando rápidamente, impulsada por objetivos ambientales, la demanda de los consumidores y los avances tecnológicos. Para 2030, los gobiernos y las industrias aspiran a tener millones de vehículos eléctricos (EVs) en las carreteras, junto con una infraestructura de carga sólida. Por más convenientes y respetuosos con el medio ambiente que sean los EVs, conllevan importantes desafíos de ciberseguridad. Estos riesgos, si no se abordan, podrían representar graves amenazas para la seguridad de los usuarios de EVs y la seguridad general de los sistemas conectados.

El crecimiento de los vehículos eléctricos y su infraestructura

Los vehículos eléctricos ya no son solo un concepto futurista. Los países de todo el mundo están invirtiendo fuertemente en la producción y distribución de ellos. Las estaciones de carga, la columna vertebral de la infraestructura de movilidad eléctrica, se están expandiendo para satisfacer esta creciente demanda. Según las estimaciones, se necesitarán más de un millón de estaciones de carga de acceso público en todo el mundo para 2030 para satisfacer la demanda. La digitalización de esta infraestructura (que abarca desde los sistemas de pago basados en teléfonos inteligentes hasta la comunicación de datos de los vehículos) introduce una red interconectada de flujos de datos entre vehículos, usuarios y sistemas. Sin embargo, este panorama digital también expone a los vehículos eléctricos y su infraestructura a una serie de riesgos cibernéticos.

El panorama de las amenazas a la ciberseguridad

1. API: una puerta de entrada para los ciberdelincuentes

El rápido crecimiento del uso de API (interfaz de programación de aplicaciones) en los ecosistemas automotrices lo convierte en uno de los principales vectores de ataque. En 2022, los ataques basados en API aumentaron hasta un 380 %, según un Informe mundial sobre ciberseguridad automotriz. Las API conectan estaciones de carga, vehículos y aplicaciones móviles, lo que las convierte en objetivos atractivos para los ciberdelincuentes que buscan interrumpir los servicios, robar datos o lanzar ataques de ransomware.

2. Vulnerabilidades de las estaciones de carga

Las estaciones de carga públicas de vehículos eléctricos, especialmente las que brindan servicios de carga rápida, presentan vulnerabilidades potenciales. Los investigadores han demostrado en ataques como Brokenwire, que utiliza señales de radio para interrumpir el proceso de carga. En otro incidente de alto perfil, los piratas informáticos explotaron los sistemas de infoentretenimiento para mostrar contenido explícito en las pantallas de las estaciones de carga, exponiendo a los usuarios a material inapropiado y subrayando la débil postura de seguridad de muchos de estos sistemas.

3. Sistemas de pago y robo de datos

La integración de los sistemas de pago digitales en la infraestructura de carga abre la puerta a los delitos financieros. Los cibercriminales pueden interceptar y explotar datos de pago confidenciales, lo que lleva al robo de identidad o transacciones no autorizadas. Los ataques de malware y ransomware dirigidos a los sistemas de software subyacentes de estas estaciones podrían detener las operaciones, lo que provocaría interrupciones del servicio y pérdidas financieras para los usuarios.

4. Ataques de vehículo a red (V2G)

Con el auge de los sistemas V2G, donde los vehículos eléctricos intercambian energía con la red, la superficie de amenaza se expande. Los ciberataques destinados a manipular el ecosistema V2G podrían provocar cortes de energía, interrupciones generalizadas de la red o pérdidas financieras a través de transacciones no autorizadas. Las consecuencias de tales ataques podrían ser devastadoras tanto para los proveedores de energía como para los usuarios.

Protección del ecosistema de vehículos eléctricos: consideraciones clave

Dada la diversidad de componentes dentro del ecosistema de vehículos eléctricos, se debe aplicar una estrategia de seguridad integral en cada capa. Desde los vehículos hasta los cargadores, las aplicaciones móviles y la red más amplia, todos los elementos necesitan defensas de ciberseguridad sólidas para mitigar los riesgos de manera eficaz.

1. Seguridad de API

Dado que las API ( interfaz de programación de aplicaciones ) se utilizan ampliamente en el ecosistema de movilidad eléctrica, los equipos de seguridad deben centrarse en proteger las comunicaciones de API. Esto incluye la implementación de cifrado, mecanismos de autenticación y monitoreo en tiempo real para detectar y responder a la actividad maliciosa. Las políticas de seguridad de API sólidas pueden evitar el acceso no autorizado y mitigar los riesgos asociados con la interceptación de datos.

2. Actualizaciones de firmware y software

El monitoreo continuo y las actualizaciones de software regulares son fundamentales para proteger la infraestructura de vehículos eléctricos. Actualizar el firmware en las estaciones de carga y los sistemas a bordo del vehículo puede ayudar a cerrar las brechas de seguridad y evitar la explotación de vulnerabilidades conocidas. Sin embargo, las actualizaciones deben realizarse de forma segura, idealmente utilizando métodos encriptados por aire (OTA), para garantizar la integridad del software.

3. Seguridad en la nube y SBOM

Dado que gran parte de los datos y análisis de vehículos eléctricos y estaciones de carga se procesan en la nube, es esencial implementar medidas de seguridad sólidas en la nube. Los equipos de seguridad deben crear una lista de materiales de software (SBOM) para rastrear los componentes de software y garantizar la transparencia en el desarrollo y la implementación de software. Esto permite una rápida identificación y reparación de vulnerabilidades en software de terceros.

4. Arquitectura de confianza cero

Adoptar un modelo de seguridad de confianza cero garantiza que ningún usuario, dispositivo o sistema sea de confianza de forma predeterminada. Este enfoque es particularmente eficaz para ecosistemas grandes y complejos como la movilidad eléctrica, donde hay múltiples puntos de acceso a la red. La arquitectura de confianza cero garantiza que solo los usuarios autenticados y autorizados puedan acceder a los sistemas críticos, lo que reduce el riesgo de infracciones.

5. Sistemas de detección y prevención de intrusiones (IDS/IPS)

La implementación de IDS/IPS tanto a nivel de red como de dispositivo permite la monitorización en tiempo real y respuestas automáticas a actividades sospechosas. Este mecanismo de defensa proactivo ayuda a prevenir ataques antes de que se intensifiquen y puede detectar anomalías en las operaciones de las estaciones de carga o las comunicaciones del vehículo que indiquen un intento de infracción.

6. Privacidad y protección de datos

Dados los datos confidenciales involucrados, como la información de pago y los datos de ubicación, los operadores de vehículos eléctricos deben priorizar la privacidad de los datos. Se deben emplear métodos de cifrado y autenticación seguros para proteger los datos de los usuarios en todo momento. El cumplimiento de las regulaciones internacionales de protección de datos, como el RGPD, también es crucial para garantizar que se mantengan los derechos de privacidad de los usuarios.

7. Seguridad de la cadena de suministro

La cadena de suministro de componentes de vehículos eléctricos es enorme e involucra hardware y software de múltiples proveedores. Para mitigar los riesgos, las organizaciones deben trabajar con proveedores confiables y realizar auditorías de seguridad exhaustivas para identificar posibles vulnerabilidades. Es esencial contar con medidas de seguridad sólidas en la cadena de suministro para evitar la introducción de hardware o software comprometidos en el ecosistema de vehículos eléctricos.

Colaboración para un futuro seguro

A medida que los sectores automotriz y energético convergen con el mundo digital, la colaboración es clave para construir un futuro seguro para la movilidad eléctrica. Los gobiernos, las empresas privadas y los expertos en ciberseguridad deben trabajar juntos para desarrollar regulaciones sólidas, estándares de seguridad y mejores prácticas de la industria. Estos estándares, incluida la ISO 15118 para la comunicación segura entre vehículos y cargadores, brindan una base sólida para la ciberseguridad en este campo en rápida evolución.

Los proveedores de servicios de seguridad administrados (MSSP) también desempeñan un papel fundamental en la protección de la movilidad eléctrica al ofrecer monitoreo continuo, detección de amenazas y medidas de respuesta. Los MSSP ayudan a las organizaciones a cumplir con los marcos regulatorios como ISO/SAE 21434 para la ciberseguridad automotriz, lo que garantiza que todos los sistemas en el ecosistema de vehículos eléctricos permanezcan seguros.

Conclusión: proteger el futuro de la movilidad eléctrica

El futuro de la movilidad eléctrica es prometedor, pero sólo si su infraestructura es segura. La ciberseguridad debe ser parte integral del diseño y la implementación de cada componente dentro del ecosistema de los vehículos eléctricos. Al adoptar un enfoque integral de la seguridad (desde la protección de las API y los sistemas en la nube hasta la protección de la cadena de suministro y las estaciones de carga), podemos garantizar que se obtengan los beneficios de la movilidad eléctrica sin comprometer la seguridad ni la privacidad de los datos.

“A medida que avanzamos hacia un futuro más ecológico e inteligente, es imperativo que abordemos estos desafíos de ciberseguridad de frente, generando la confianza y la resiliencia necesarias para impulsar la revolución de los vehículos eléctricos de manera segura,”afirma Manuel Rodríguez, Gerente de Ingeniería para NOLA en Check Point Software.

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