La tristeza Wayuu
Por: Jorge Soto Daza
Da coraje, observar como se mueve un almuerzo en una familia Wayuu que habita la alta y media Guajira.
El Papá, el ‘hombre de la casa’, recibe de su compañera un suculento plato, cuando hay, mientras los niños esperan y ven comer al ‘jefe del hogar’. La mujer también espera que papá termine de comer. Hasta la saciedad…
Lo que quede en las ollas será repartido entre los menores y la madre. Lógica contraria a la del resto de la humanidad que conozco, porque en todos, lo primordial es la protección de los menores; los llamados a hacer posible que el mundo continúe. Entre otras muchas, estás razones pesan sobre la muerte por desnutrición de tanto infante especialmente Wayuu.
La cultura del Wayuu tiene sus bemoles y la Constitución Política los ampara, sin embargo, es momento de tratar de revertir lo que podría estar acabando con esta raza. En manos de los especialistas, especialmente sociólogos, está el de buscar el método; para todo lo hay, decía René Descartes.
Afortunadamente para el pueblo Wayuu, el presidente Petro delegó en el Pediatra Luis Gómez Pimienta, la responsabilidad de frenar la situación, brindándole las herramientas necesarias. Y ha bajado, muy a pesar de las talanqueras y palos en la rueda que han tratado de meterle. A esos paisanos a quien me he referido en un decorado de almuerzo, una recomendación: piensen en los niños. Son sus hijos…