Opinión

Murió el último testigo

Por: Alfonso Hamburger

Juan Bautista Castro Madera, controvertido autor de la célebre cumbia la pollera colora, de 102 años, ha fallecido esta mañana en Sincelejo, convirtiéndose en el último testigo de este hecho, él del nacimiento de la canción considerada la cédula de ciudadanía de la música Colombiana.

Nadie podrá discutir su importancia histórica de su longeva trayectoria en uno de los municipios más cultos de Colombia como San Luis de Since,donde se forjó, siendo el padrino incluso de otro grande, Juan Piña, y el haber tenido la inteligencia de poner bajo recaudo notarial una pieza cuyos pliegues han tenido que planchar varias veces, en sendas controversias, porque cuando la canción se volvió famosa, empezaron a surgir disputas sobre su verdadero nacimiento.

Lo cierto es que legalmente, en la notaría de Barrancabermeja, donde el clarinetista oficiaba como músico de la orquesta de Pedro Salcedo, Castro Madera- quien llevó de primera el apellido de su mamá – registró la obra en 1962,en compañía de Wilson Choperena, cantante del grupo y quién le hizo unos versos.

Dado que Choperena, nació en Plato Magdalena y residía en Bogotá, por largo tiempo figuró como único autor, hasta que Castro Madera lo venció en juicio. Posteriormente apreció en disputa Pedro Salcedo, quien argumentaba que la canción era de su autoría y que inicialmente se llamaba Casaluma, pero tampoco prosperó.

El historiador Manuel Huertas Vergara sostenía que la canción era de la autoría de. otro Sinceano, Maricial Martínez.

Los primeros atisbos de la famosa cumbia pueden estar en grupos gaiteros muy antiguos que le tocaban a la leyenda del tigre , pero lo cierto fue que el clarinete de Juan Castro Madera- Juan Madera – fue el que la vistió de celebridad y altura.

El maestro Madera fue un hombre fuerte y práctico, que tuvo en su familia un gran respaldo para resistir los embates de la vida y defender su pieza ,que no estuvo exenta de planchas y pullas.

Paz en la tumba de un hombre que supo vivir la vida sabiendo que la única manera de morir era estar vivo.

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